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¡Hola!  Y bienvenidx a mi blog.

Es la primera vez que hago algo así; siempre fui la que buscaba ayuda en otros lugares, recurría a mamá o atendía a clases, pero ví que yo también tengo algo para compartir.

Te cuento un poco de mí vida en la cocina: comencé en un curso de cocineritxs a los cinco años. Me divertí mucho, hice amigas y me quedaron recetas -algunas las vas a ver acá-. Aprendí, no sólo sobre cocina, sino sobre mí, había descubierto de  muy chica qué me gustaba.

Durante un tiempo ayudaba en la cocina de casa o a mí tía, mezclando o amasando, mientras veía a las personas a mí alrededor picar y cocinar con fuego. La comida estuvo siempre presente en mí vida. La gran influencia, tan recordada, mi bisabuela. Y una vez que ella dejó de hacer pastas caseras los domingos, fueron mi abuela, mis padres y tías los que siguieron inspirándome.

En la adolescencia, y con permiso para usar el fuego y las cuchillas -aunque nunca aprendí a hacerlo, me sigo quemando como el primer día- volví al ruedo. Cocinaba tortas para mis amigos, galletitas para el mate, y algunos almuerzos de fin de semana.

Así seguí hasta que empecé la carrera de cocina en el IGA, la cual tuve que dejar una vez que empecé la facultad, pero me ayudó al enseñarme las técnicas y cierta información muy útil que voy a compartir con vos.

Tengo 22 años de vida, de los cuales 16 los pasé con las manos llenas de harina -y un poco en la ropa, también-. Soy un poco distraída y me quemo, corto y ensucio como si todavía jugara, porque un poco de eso tiene, para mí, todo este mundo.

Ahora sí, presentación hecha, te dejo algunos tips que te pueden ayudar y las recetas que más me gustan; espero que te animes a hacerlas y te gusten tanto como a mí.

Gracias por ser parte.

Martina.

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