Macarrones con queso.
¿Cuántas veces escuchamos en series o películas estadounidenses este plato tan característico? Mac n’ cheese (en su versión acortada o macaroni and cheese dicho con propiedad) es un plato de pasta acompañado con una salsa de queso.
Se desconoce su origen, aunque sí se sabe que se popularizó en Estados Unidos durante 1937, cuando la compañía de alimentos Kraft decidió comercializar una versión instantánea durante la escases de productos lácteos en el país debido a la Segunda Guerra Mundial.
Ingredientes (para 5 porciones):
500 gr. de macarrones o coditos.
C/n de Agua.
C/n de sal gruesa.
4 cdas. de manteca.
4 cdas. de harina.
700 cc. de leche.
1 cdita. de nuez moscada.
Sal y pimienta.
130 gr. de queso cheddar rallado.
130 gr. de queso fontina rallado.
130 gr. de queso crema.
C/n de perejil fresco.
Hervir el agua con la sal. Agregar la pasta y cocinar hasta que esté al dente (es decir, hasta que al morderla se note apenas cocida pero siga un poco dura. Usualmente uno o dos minutos antes de lo que dice el paquete). Colar y colocar en agua fría para cortar la cocción (no te asustes, se van a seguir cocinando después, con la salsa).
Colocar la leche en una cacerolita y calentarla (cuidado que no hierva). Apagar el fuego y reservar. En otra olla, derretir la manteca y agregar de golpe el harina. Mezclar con batidor por dos o tres minutos, y lentamente agregar la leche caliente mientras se sigue mezclando. Bajar el fuego y dejar hervir, revolviendo constantemente. Una vez que hierva, apagar el fuego y retirar. Agregamos la nuez moscada, la sal y la pimienta y los quesos previamente rallados (si no se derriten totalmente, volver a fuego mínimo).
Agregar la salsa a la pasta y mezclar unos minutos. Si fuera necesario, llevar a fuego mínimo para calentar. Servir, espolvorear con un poco de perejil fresco picado y disfrutar.
Tips:
A muchos nos da pereza pero lo mejor es rallar el queso nosotros, porque el queso ya rallado contiene aditivos que hacen que la salsa quede arenosa.
Por eso mismo, se recomienda no usar aceite para el roux (la base de la salsa blanca que consiste en manteca y harina) ni quesos reducidos en grasa.
Si lo vas a hacer con anticipación y después recalentar podés cocinar la pasta como indica el primer punto y guardar en un recipiente hermético con un poco de aceite para que no se pegue y hacer la salsa en el momento. O también podés hacer la salsa antes y calentarla a fuego lento con un poco de leche.
Podés agregarle lo que más te guste: pollo, tocino, brócoli… ¡lo que se te ocurra!
La pasta puede reemplazarse por una sin gluten.
Si no tenés macarrones o coditos no hay problema, podés usar tirabuzones u otro tipo de pasta, pero fijate que no sea lisa como los espaguetis, sino la salsa no se va a sostener bien.
¡Y listo! Espero que te haya gustado. Si fue así no olvides suscribirte y seguirme en redes: @espressolimon en Instragram, Facebook y Pinterest. ¡Hasta la próxima!
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